domingo, 31 de octubre de 2010

Y...

Y siempre fuiste la luz que alumbra mis pasos, todo natural entre brisas ya conocidas por nosotros, y ese viejo bar, y esas viejas personas, y esos viejos sentimientos, y esos viejos resentimientos, y esas viejas conversaciones, y esos viejos viajes…

Y siempre fuiste aquel camino que me eleva hacia la novena nube, y en este barranco, decido escribirte una canción… tú eres mi única inspiración…

Y es únicamente contigo que puedo hablar de mis amores y desgracias… ya que es por ti que puedo escribir canciones floridas y no simples cantos de congoja… de vidas pasadas y de sitios visitados, mientras dormida y a mi lado, siempre, me despertabas para yo preguntarte: “Y cómo estás?”

Y siempre fuiste la que eleva mi alma, parte de tu divina creación, casi divina, pero esa sonrisa que tú generas, impredecible por todos, insaciable por aquel instante eterno que puede durar sólo 5 minutos, sin explicaciones ni medicaciones, sólo tú, yo y miles de ávidos por saber que nos depara el destino…

Y mientras que hoy, mis pupilas esperaban juntarse con las tuyas… conseguí algo mejor, tu sonrisa que da vida...

Y ahora, invulnerable a la vida, invulnerable a la muerte, fácilmente razonable hacia el camino donde siempre me iluminas…

Y ahora, a tu lado me encuentro en el inicio de mi vida, mientras el fuego sobre lo que más quiero, mientras mi “persistencia de la memoria”, se viene acabando…

Y que siempre deseaste vestir de primavera, a mi lado no lo lograrás, pero sí el recuerdo de que en esas noches donde buscaste un refugio, ya que siempre sabrás que estoy a tu lado, aunque no lo esté…

Y tus lágrimas de sangre se convierten hoy en vino, derramado por todo el entorno, y tu imagen siempre al tanto de cualquier movimiento, mientras hilvano estas palabras sin sentido ni lógica, esperando por el nuevo paraíso que será mi mejor presentación, mientras estas palabras vienen siendo seguidas por aquellos recuerdos de siempre…

Y estas frases serán tan rápidas, que ni tú te darás cuenta que las leíste, ni yo que me daré cuenta que las escribí…

Y mira dentro de mí: tú…

Y es entonces donde volví a vivir, a través de tu mirada, donde todo fue, es y será posible…