
Un astro aborrecido por las nuevas actitudes que vengo aprendiendo, ya que nunca fui asi, antes estaba tranquilo, relajado... Pero ahora, por mi miedo a perder la escalera al cielo para llegar a la novena nube, realizo acciones facilmente señalables por el dedo acusador de cualquier persona...
Pero ese miedo es debido a mis vidas pasadas, con simples animas inmortales, ya que cuando encontraba un nirvana, Dios salía de entre el océano de mis imaginaciones y simplemente me apuñalaba, con esa herramienta tan severa llamado traición, a mi confianza y a mis ganas de vivir...
Y ese aborrecimiento de mis actitudes, hace que la luna separe de mi aquel placentero envoltorio para subir hasta ella, ya que miles de años luz nos separan, mientras trato de pasarlos uno a uno... pero aun así sigo hastiando a la luna... por mi miedo de que Dios, tan rencoroso, vuelva a apuñalarme...
Arullado junto a la luna, observando magos que desafían la tranquilidad con tal de divertirnos... Juego a ser Dios y apuñalo todo lo que veo en frente mío: la tranquilidad, el silencio, las sonrisas, mis pasos dados, la luna y un espejo donde estoy yo...