Las 180001 de la mañana, me fijo hacia el oeste y voy cayendo de esa nube donde tan plácidamente me encontraba, caigo al mar de lava donde había estado antes, olor a papel quemado, a rosa quemada… Una visión entre blanca y negra, entre un gris y pálido, pálido como aquella nube donde me encontraba complacido, tan perfectamente arrullado… caigo por mi “tratar de entender las cosas”…

Cierta debilidad que pierdo cada vez que me encuentro en esa nube, porque ese gusto es eterno…
Cierta debilidad que gano cuando mi mente se vacía, empiezo a caer...
Ahora entiendo que no debo jugar a ser Dios...
Esta vez, no victima, tampoco dramatismo, sino el único culpable de la situación.
Las 180002 de la mañana, me pongo a hilvanar algunas palabras...
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